
"Era principios de 2011. Algo extraño comenzó a sucederles a nuestros vecinos: decían que estaban enfermos y empezaron a aparecerles heridas en la piel".
Siti Imroatus, enfermera de la aldea de Karangmojo, en Boyolali (Indonesia), comienza así la historia que cambiaría su vida y la de muchos miembros de su comunidad. Ocurrió hace casi 15 años, cuando una misteriosa serie de acontecimientos comenzó a afectar a su pequeña comunidad rural.
"Sabíamos que tenía algo que ver con sus vacas, que habían sacrificado recientemente para comer y vender".
Fue esta experiencia, el efecto que tuvo en su propia familia y el proceso de resolución de este misterio lo que llevó a Siti (conocida por sus amigos y familiares como "Bu Im") a unirse a la Cruz Roja Indonesia (Palang Merah Indonesia). También fue el comienzo de un compromiso decidido y duradero por parte de Bu Im de seguir trabajando para garantizar que este tipo de brotes no volvieran a producirse.